miércoles, 19 de noviembre de 2008

Degradacion de los suelos. Consecuencias. Clasificacion

DEGRADACION. CONSECUENCIAS
La degradación consiste en el deterioro de su calidad y, consecuentemente, de su aptitud productiva. Ese deterioro le impide cumplir plenamente las funciones citadas para con las plantas. Por lo general se inicia con la desaparición de la vegetación natural que los cubre y con la roturación excesiva. Ambas prácticas exponen al suelo a la radiación solar directa, lo oxigenan excesivamente y facilitan la muerte de muchos de sus pequeños habitantes. Todo conduce a acelerar la biodegradación del humus, con lo cual desaparecen los agregados, y con ellos la trama porosa que éstos habían generado. El agua y el aire ya no circulan con facilidad, la superficie del suelo se apelmaza y hasta puede tornarse impermeable, con lo cual el agua de las lluvias, en lugar de almacenarse en su interior, se pierde por escurrimiento superficial y se hacen frecuentes los encharcamientos y anegamientos cada vez que llueve. Los rendimientos de los cultivos declinan y la explotación se hace cada vez menos rentable.

TIPOS DE DEGRADACION
Siendo la degradación física (DF), la química (DQ) y la biológica (DB) las más estudiadas. Empero, sólo se trata de diferentes aspectos de un mismo fenómeno, aunque las causas pueden ser diversas. Según su naturaleza, la degradación puede presentar aspectos físicos, químicos y biológicos. Cabe destacar que los casos aludidos son aplicables a terrenos casi planos o muy poco ondulados, como los que abundan en el centro de nuestra Provincia. Si existieran pendientes, la degradación que cito sólo sería preparatoria de la erosión, o sea, de la "decapitación" del suelo (la parte superior es la más fértil) y el traslado de ese material por medio del viento o del agua. En respuesta a la segunda pregunta, la DF se caracteriza por el deterioro de la estructura: de un suelo granulado, con una trama porosa bien delineada, se llega a otro apelmazado, con escasa o nula porosidad. La causa intrínseca es la disminución del porcentaje de humus, como consecuencia de desmontes, labranzas excesivas, compactación de campos de pastoreo por pisoteo de animales (sobre todo en terreno húmedo) o por el pasaje frecuente de maquinarias y vehículos pesados, e inundaciones y anegamientos prolongados. En cuanto a la DQ -menos visible-, consiste en la disminución de los nutrimentos que poseía el suelo inicialmente. Se genera de a poco, a medida que se "exportan" cereales, carne, leche, frutas u otro producto que lleve nutrimentos tomados del suelo por las plantas. Y debo decir que los fertilizantes sólo corrigen parcialmente las carencias, deficiencias o desequilibrios entre estos elementos. Otro aspecto de la DQ es la acidificación del suelo, que se produce gradualmente cuando las lluvias, al infiltrarse, lavan minerales como el calcio del suelo y lo arrastran hacia abajo, lejos de la superficie y de las raíces. Aunque es un proceso casi inevitable, cuando la vegetación natural tiene arraigo profundo (en los bosques) las plantas "reciclan" elementos como el calcio al absorberlo con sus raíces y llevarlo a sus partes superiores. La caída de hojas, el derrumbe y muerte natural de las plantas devuelve a la superficie los elementos que había absorbido. La sustitución de la vegetación autóctona por cultivos (generalmente alóctonos), las labranzas excesivas y la fertilización abundante aceleran la acidificación. Luego, al agudizarse ésta, algunos nutrimentos se tornan insolubles (ya no están disponibles) y se disuelven otros que son tóxicos para la vegetación. Finalmente, la DB se reconoce por la alteración (cuali y cuantitativa) de la población interna del suelo. Es una consecuencia inevitable de las dos anteriores, pero puede resultar de la contaminación del suelo, sobre todo por plaguicidas, los cuales exterminan también especies benéficas.

ALTERNATIVAS PARA DETENER LA DEGRADACION
Alterar lo menos posible el ambiente; cultivar especies apropiadas a cada suelo; evitar el monocultivo, adoptando rotaciones adecuadas; eliminar o reducir al mínimo la aplicación de agroquímicos; reducir la intensidad de las labranzas o adoptar las de tipo conservacionista; evitar que el ganado pisotee el suelo húmedo y reducir el tránsito de maquinaria pesada; rotar el ganado en los lotes, evitando el "sobrepastoreo"; no aplicar fertilizantes en exceso, especialmente nitrogenados (si los excedentes se infiltran pueden contaminar las aguas subterráneas); no regar con aguas que contengan sales, sodio o sustancias tóxicas en proporciones peligrosas para las plantas o el suelo; no talar de modo indiscriminado.

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